Las 6 diferencias entre hipertiroidismo e hipotiroidismo
La glándula tiroides, situada en el cuello y con un peso de tan solo 30 gramos, juega un papel fundamental en el buen funcionamiento de todo nuestro organismo.
Esta glándula endocrina segrega hormonas que participan en el mantenimiento de un adecuado estado de saludya que intervienen en la gran mayoría de funciones básicas de nuestro organismo.
Como en cualquier órgano o tejido de nuestro cuerpo, existen enfermedades asociadas a esta glándula. Los dos trastornos más comunes ocurren cuando la tiroides secreta demasiadas hormonas (hipertiroidismo) o cuando la tiroides no produce suficientes hormonas (hipotiroidismo).
¿Cuál es la función de la glándula tiroides?
Una tiroides sana regula el metabolismoes decir, hace que se produzca la cantidad de energía adecuada en función de cada momento: niveles de energía altos durante el día (sobre todo si se realiza actividad física) y bajos durante la noche, ya que no hay tanta energía. Gasto de energía.
Además, las hormonas que segrega son fundamentales para garantizar un correcto crecimiento, regular la temperatura corporal en función del entorno, asegurar un correcto desarrollo del sistema nervioso y de la piel, asimilar los nutrientes esenciales, influir en la regulación del ritmo cardíaco y ayudar al organismo. para quemar el exceso de grasa.
Por lo tanto, las hormonas producidas por la tiroides (tiroxina y triyodotironina) son fundamentales para controlar el peso y los niveles de colesterol en sangre y mantener la fuerza muscular. En definitiva, la glándula tiroides es fundamental para disfrutar del bienestar general.
En este artículo revisaremos y compararemos entre sí los dos principales trastornos que puede sufrir la tiroides: hipertiroidismo e hipotiroidismo.
¿Cuáles son las diferencias entre el hipertiroidismo y el hipotiroidismo?
Ambos trastornos se deben a una disfunción de la glándula tiroides., porque la secreción de las hormonas mencionadas anteriormente no es la correcta. Esto tiene consecuencias en todo el cuerpo.
A continuación veremos las principales diferencias entre estos dos trastornos del sistema endocrino.
1. Cantidad de hormonas tiroideas producidas
La principal diferencia (y el desencadenante de todas las demás) entre ambos trastornos viene dada por la disfunción en la secreción de hormonas tiroideas, es decir, de tiroxina y triyodotironina.
La glándula tiroides está en un estado hiperactivo y produce demasiadas hormonas, lo que termina acelerando el metabolismo de todo el cuerpo.
La glándula tiroides no está adecuadamente activa y no produce suficientes hormonas para controlar adecuadamente el metabolismo. Es el trastorno tiroideo más común.
2. Causas
Los eventos que conducen a una alteración en el funcionamiento de la glándula tiroides son diferentes para cada trastorno:
La causa más común es padecer la enfermedad de Graves, un trastorno que provoca que el organismo produzca anticuerpos que estimulan la producción de tiroxina.
Otras causas que explican su desarrollo son: presencia de tumores benignos en la glándula tiroides y, en menor medida, en los testículos u ovarios, tiroiditis (inflamación de la glándula tiroides), exceso de yodo en la dieta (el yodo es parte esencial de las hormonas), en tratamiento con hormonas tiroideas e incluso algunas infecciones víricas.
La causa más común es padecer tiroiditis de Hashimoto, una enfermedad que provoca que el sistema inmunitario ataque a la glándula tiroides, afectando así su funcionalidad. También hay situaciones en las que la glándula tiroides debe extirparse quirúrgicamente o inactivarse con yodo radiactivo, lo que obviamente da como resultado este trastorno.
Sin embargo, existen otras causas que explican el desarrollo del hipotiroidismo: deficiencia de yodo en la dieta, tiroiditis, estar sometido a un tratamiento de radioterapia en la cabeza, tomar determinados medicamentos y la presencia de tumores en la glándula tiroides o hipófisis.
3. Factores de riesgo
Existen ciertos factores de riesgo que aumentan las posibilidades de desarrollar afectaciones en la glándula tiroides, que será diferente según el tipo de trastorno:
Los principales factores de riesgo que pueden llevar a producir demasiadas hormonas tiroideas son: sexo femenino, antecedentes familiares y haber padecido enfermedades como diabetes tipo 1, insuficiencia suprarrenal o anemia perniciosa (disminución de glóbulos rojos cuando los intestinos no absorben suficiente vitamina B12) .
Es más frecuente precisamente porque hay más factores de riesgo asociados: sexo femenino, edad avanzada (más de 60 años), antecedentes familiares, padecer una enfermedad autoinmune, recibir tratamiento con yodo radiactivo o radioterapia en el cuello, haber sido intervenido quirúrgicamente. tiroides y haber dado a luz o, al menos, haber estado embarazada.
4. Síntomas
Hay algunos síntomas comunes a ambos trastornos: fatiga, debilidad muscular, ciclos menstruales irregulares e inflamación de la glándula tiroides. Sin embargo, las principales diferencias entre ambos trastornos tiroideos vienen dadas por los síntomas que incluye:
El principal efecto de este trastorno es que el organismo se acelera. Esta situación en la que hay un exceso de hormonas tiroideas circulando por el organismo provoca: pérdida de peso involuntaria, taquicardia (más de 100 latidos por minuto), dificultad para conciliar el sueño, aumento del apetito, sensación de palpitaciones en el pecho, nerviosismo, ansiedad , irritabilidad, aumento de la sensibilidad al calor, movimientos intestinales más frecuentes, inflamación de la glándula tiroides, sudoración, temblores, piel fina y cabello quebradizo.
Es el caso contrario, ya que el hipotiroidismo hace que el metabolismo del cuerpo se ralentice. Esto provoca los siguientes síntomas, muy diferentes a los anteriores: aumento de peso, ritmo cardíaco lento, aumento de la sensación de somnolencia, nivel elevado de colesterol en sangre, ronquera, depresión, déficit de memoria, dolor e inflamación en las articulaciones, rigidez muscular, hinchazón de la cara, estreñimiento. y aumento de la sensibilidad al frío.
5. Complicaciones
Además de los síntomas discutidos anteriormente, Estos trastornos suelen ir acompañados de algunas complicaciones que, en determinados casos, pueden llegar a ser graves:
Sus síntomas pueden dar lugar a diferentes complicaciones. Uno de ellos son los problemas cardíacos, ya que la frecuencia cardíaca alta provocada por el exceso de hormonas tiroideas puede aumentar el riesgo de insuficiencia cardíaca (el corazón no puede hacer circular suficiente sangre).
También puede causar problemas de visión (hinchazón y enrojecimiento de los ojos, sensibilidad a la luz, visión doble, etc.) que pueden conducir a la pérdida de la visión.
El hipertiroidismo también puede provocar huesos quebradizos, una condición conocida como «huesos de vidrio». Esto se debe a que el exceso de hormona tiroidea hace que los huesos no puedan absorber suficiente calcio. Otra complicación asociada es la del enrojecimiento y/o hinchazón de la piel.
Además, se corre el riesgo de una intensificación repentina de los síntomas expuestos en el apartado anterior, padeciendo una crisis que se acompaña de fiebre e incluso delirios.
Al igual que el hipertiroidismo, el hipotiroidismo puede derivar en problemas cardíacos, aunque en este caso suelen ser debidos a los altos niveles de colesterol que provoca. Este colesterol aumenta el riesgo de enfermedades del corazón.
Otra complicación relacionada con este trastorno del sistema endocrino son los problemas de salud mental, ya que el hipotiroidismo puede ralentizar el funcionamiento cerebral y provocar el desarrollo de depresión, que tiende a aumentar con el tiempo.
También puede causar infertilidad, ya que la deficiencia de hormonas tiroideas interfiere con la ovulación y afecta la fertilidad de la mujer. Además, los bebés de madres con hipotiroidismo tienen mayor riesgo de nacer con anomalías congénitas, siendo más propensos a tener problemas de desarrollo e intelectuales
El hipotiroidismo también puede causar daño a los nervios periféricos, que son los encargados de transmitir los impulsos nerviosos desde el cerebro al resto del cuerpo. Esta situación puede conducir a una neuropatía periférica que provocará dolor y entumecimiento en las extremidades.
A largo plazo y si no se trata, el hipotiroidismo puede provocar un trastorno grave conocido como mixedema. Esta enfermedad comienza con una alteración de los tejidos (acumulación de líquido) y puede acabar provocando una pérdida de conciencia y, posteriormente, un coma.
6. Tratamientos
Como hemos visto a lo largo del artículo, la naturaleza de ambos trastornos es muy diferente. Es por ello que también existen diferencias en cuanto a los tratamientos utilizados para tratar cada uno de ellos.:
Existen diferentes tratamientos farmacológicos enfocados a regular y limitar la producción de hormonas tiroideas o bloquear su función en el organismo una vez que han sido producidas en exceso por la glándula tiroides.
Generalmente, los medicamentos que se administran permiten recuperar la normalidad metabólica, pero en algunos casos esto puede no ser suficiente y habrá que recurrir a terapias más invasivas. Uno de ellos es el tratamiento con yodo radiactivo, que permite destruir la glándula tiroides. Otra forma es eliminarlo cirugía.
En ambos casos, el paciente, al no tener glándula tiroides, acabará padeciendo hipotiroidismo crónico. Por eso tratamos de utilizar el tratamiento farmacológico siempre que sea posible.
En este caso, el único tratamiento posible es tomar hormonas tiroideas para compensar su déficit. Se intenta diseñar la terapia en función del paciente, ya que la dosis de hormona que se suministra debe regularse de forma que sólo adquiera la cantidad que no puede producir.
Referencias bibliográficas
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Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (2012) “Hipertiroidismo”. EE.UU.: Servicio Nacional de Información sobre Enfermedades Endocrinas y Metabólicas.
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Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (2012) «Hipotiroidismo». EE.UU.: Servicio Nacional de Información sobre Enfermedades Endocrinas y Metabólicas.
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Taylor, P., Albrecht, D., Scholz, A., Gutierrez-Buey, G. (2018) “Epidemiología global del hipertiroidismo y el hipotiroidismo”. Nature Reviews Endocrinology, 14 (5).
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