Úlcera por presión: causas, síntomas y tratamiento

La naturaleza del cuerpo humano significa que necesita un mínimo de actividad física para funcionar y mantenerse saludable. Sin embargo, en algunas ocasiones, la enfermedad y la vejez obligan a muchas personas a descansar durante mucho tiempo. Es en casos como este cuando hay signos visibles de que nuestro cuerpo no está hecho para la movilidad. Una de ellas es la úlcera de decúbito.

La úlcera por presión es una serie de lesiones que se observan en áreas de la piel que reciben presión adicional. Cuando tenemos que permanecer mucho tiempo en una cama o silla de ruedas, las zonas de nuestro cuerpo se resienten especialmente, ya que son nuestro principal punto de apoyo. Estas zonas suelen ser aquellas en las que la capa de piel que recubre el hueso es más fina, como los talones, el coxis o las caderas.

Las personas que padecen las úlceras pueden presentar sensibilidad en estas zonas, así como infecciones con pus y cambios en la textura de la piel. Es fundamental que las personas con mayor riesgo de desarrollar este tipo de lesiones reciban los cuidados necesarios para prevenir su aparición. En este artículo exploraremos qué es una úlcera por presión, cuáles son sus síntomas específicos y qué tratamientos se pueden aplicar para paliarla.

¿Qué es una úlcera por presión?

También se llaman moretones o chinches. Es consiste en llagas que aparecen en la piel cuando se presiona sobre una superficie dura durante mucho tiempo. La presión limita el flujo sanguíneo en aquellas zonas donde la piel es más fina, el hueso está más expuesto y por tanto hay menos amortiguación. Esta reducción del riesgo puede provocar daños en los tejidos o la muerte, lo que lleva al desarrollo de úlceras de este tipo.

Estas lesiones pueden aparecer gradualmente con el tiempo. Si bien pueden tratarse cuando son visibles, lo ideal es adoptar una serie de hábitos y cuidados con los pacientes inmovilizados para que estas úlceras no se presenten.

Este tipo de patología se observa en quienes, por diversos motivos, se ven obligados a descansar durante mucho tiempo. Ejemplos de esto son los ancianos, los pacientes con lesión de la médula espinal o aquellos con lesión cerebrovascular.

Causas de la úlcera por presión

En general, hay tres factores que contribuyen a la aparición de una úlcera por presión.

  • Presión: Como ya se mencionó, una de las principales causas detrás de esta enfermedad es la posible presión excesiva sobre el área de la piel afectada. Esto hace que el flujo de sangre sea menor de lo normal, por lo que el tejido no recibe los nutrientes esenciales que necesita para mantenerse con vida. Esto causa un daño severo en el área e incluso puede ocurrir la muerte completa del tejido en los casos más severos. Las zonas más vulnerables que pueden sufrir hematomas son aquellas con menor rotura de tejidos, como los omóplatos, el coxis o las caderas. Este tipo de úlcera es especialmente frecuente en pacientes que se encuentran incrustados sin el soporte adecuado en estas zonas sensibles.

  • Fricción: Cuando un paciente está mucho tiempo en reposo, algo tan trivial como frotar la ropa y los textiles puede resultar perjudicial para la piel. Este roce puede favorecer la aparición de la úlcera de decúbito si no se toman medidas preventivas, sobre todo probablemente cuando la piel no está completamente seca.

  • Fricción: Ocasionalmente, se puede producir fricción cuando la persona está apoyada sobre una superficie en movimiento. Si el cuerpo del paciente permanece inmóvil, una úlcera puede resultar de la fricción entre dos fuerzas contrastantes.

Factores de riesgo de úlceras por presión

En general, la aparición de estas lesiones es especialmente frecuente en algunas personas, especialmente para aquellos que están inmóviles por razones de salud. Como comentábamos al principio, algunas personas con un estado grave, como los pacientes con lesión medular, indican un alto riesgo de padecer este tipo de úlcera. También es muy frecuente en personas mayores, ya que en la vejez pueden necesitar reposo debido a que presentan múltiples patologías.

En personas con incontinencia también es común. Los pacientes, sobre todo si son ancianos, suelen presentar un mayor o menor grado de incontinencia. Si no se realiza una higiene adecuada, la orina y las heces pueden crear el ambiente ideal para la aparición de una úlcera, ya que sensibilizan la piel mucho más de lo habitual.

Además de todo lo anterior, La alimentación también juega un papel fundamental. Una dieta equilibrada ayuda a mantener la piel sana, reduciendo la probabilidad de que se produzcan estas lesiones. Las enfermedades que deterioran el suministro de sangre son un factor importante a considerar en estos casos, ya que pueden promover el daño tisular por falta de nutrientes y oxígeno.

Síntomas y complicaciones

La disposición de una lesión de este tipo es progresiva, por lo que la gravedad y la profundidad de la úlcera también dependerán de la rapidez con que se trate el daño tisular. En general, existen algunos signos de alarma que nos advierten que se está desarrollando una úlcera por presión: cambios en el color y la textura de la piel, hinchazón, pus, temperatura anormal en el área afectada y aumento de la sensibilidad del área.

Como hemos discutido, estos síntomas se observan con mayor frecuencia en las áreas más expuestas del cuerpo. Estos variarán dependiendo de la posición del paciente. Por ejemplo, las personas debajo de la cama a menudo tienen úlceras en las caderas, el coxis o los omóplatos. Por otro lado, las personas en silla de ruedas verán más daño en las áreas de los glúteos, la columna vertebral y la parte posterior de las piernas.

Cuando hay una complicación, esta puede llegar a ser muy grave si las úlceras no se tratan lo antes posible.

  • Infecciones de huesos y articulacionesAunque la lesión puede aparecer en la piel al principio, cuando no se trata puede agrandarse e interferir con los huesos y las articulaciones del paciente. Esto puede dañar gravemente la movilidad de una persona, por lo que la atención médica temprana es esencial para evitar la propagación.

  • Cáncer: Cuando una herida no cicatriza o cicatriza adecuadamente, puede aparecer posteriormente un carcinoma.

Tratamiento

Para tratar las úlceras el paciente necesita ser atendido por un equipo profesional que puede liderar varios aspectos de la intervención. Por un lado, una enfermera necesita curar y desinfectar, al menos inicialmente, cuando están más abiertos. Es importante limpiar la llaga y luego aplicar un vendaje para evitar que la herida se vuelva a infectar y favorecer su proceso de cicatrización. Una vez cicatrizadas las lesiones, es necesario un trabajo fisioterapéutico, para que el paciente consiga la máxima movilidad dentro de sus posibilidades.

El cuidado dietético es fundamental, ya que, como hemos visto, la alimentación está muy ligada al estado de la piel. En algunos casos, se pueden necesitar medicamentos para aliviar el dolor hasta que las lesiones hayan sanado. Si bien este tratamiento es útil para curar la lesión donde ya es visible, es importante adoptar hábitos preventivos para evitar sufrimiento al paciente inmovilizado.

Es vital que se ayude al paciente a cambiar de trabajo con mucha frecuencia., ya que de esta forma se evita una presión excesiva en las zonas más sensibles. Como hemos dicho, la movilidad es crucial. Es importante, dentro de las posibilidades de cada paciente, fomentar la actividad física y la movilidad física.

Actualmente se pueden conseguir sillas de ruedas y camas especiales para prevenir este tipo de lesiones. Estos te permiten cambiar de posición de diferentes formas y cuentan con refuerzos acolchados en las zonas más vulnerables a las úlceras. Las buenas condiciones de higiene son una medida preventiva básica a mantenimiento. Es importante limpiar al paciente con frecuencia, mantener la piel limpia y seca y evitar que los restos de heces y orina permanezcan demasiado tiempo en contacto con la dermis. Del mismo modo, es importante renovar la ropa del paciente y el textil de su cama, ya que de esta forma se evita la acumulación de suciedad y humedad, lo que potencia mucho la aparición de estas lesiones.

Conclusiones.

La movilidad es una experiencia muy difícil para todos los pacientes, tanto psicológica como físicamente.. Es un estado que a menudo es incierto. Por ello, la atención de los pacientes atendidos en esta situación es crucial, ya que son especialmente vulnerables al desarrollo de patologías en las que la úlcera por presión es un ejemplo más. En este sentido, cabe destacar la labor de los profesionales sanitarios, que salvan vidas y previenen muchas enfermedades que pueden ser vistas como graves, con su labor asistencial diaria.

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